Un día como hoy (mañana, 8 de mayo) de 2010 empezaba mis andadas impartiendo talleres de cocina. Empecé en mi cocina en Sevilla, seguí en el aula de Estraperlo y llegué al aula de cocina del Mercado de Santiago. En medio, talleres en Madrid, en Bilbao, en Zaragoza, en Albacete, y por toda Galicia, desde Coruña y Vigo hasta Lalín, Cabo de Cruz, Serra de Outes, A Veiga, Lestedo, Corcubión y seguro que me estoy dejando alguno fuera.
Así que felicidades, Panepanna. Pan y Nata, iba a ser un horno de pan y dulces con espacio para talleres en Sevilla, allá por 2009. El proyecto fue cambiando (¡Y tanto!) y aquí estoy. Más de mil personas han pasado por mis cursos, muchas han vuelto y unas cuantas han quedado como amigas. Algunas de ellas estáis aquí, leyendo esto.
En estas semanas de cambios y novedades voy buscando una forma de poder volver a los talleres, o sea a poder interactuar con vosotros y poder explicaros cosas, contaros otras y en general ayudaros a disfrutar más de la cocina (italiana, y no sólo).
Este Patreon es uno de estos cambios, una ayuda pequeña para vosotros pero enorme para mi, también un paso arriesgado, un poco un salto al vacío – ¿Hay alguien ahí fuera? ¿A alguien le gusta lo que escribo? ¿Es útil?
De alguna forma me recuerda a esos días en los que preparaba los papelitos de los talleres a mano… Tendré muchos defectos, pero la cobardía no está entre ellos. Así que a probar nuevos caminos, con vosotros.
Para celebrar este aniversario mañana haré Tiramisù en mi cocina, y lo voy a retransmitir en directo en Instagram, con invitados especiales!
Anna
Probablemente el tiramisù sea el postre italiano más conocido y amado, fuera de Italia. Lo que es seguro es que es fácil de hacer -al fin y al cabo es una tarta de galletas pero un poco más fina (ejem). Fácil no siempre quiere decir simple, y justamente cuando los ingredientes son pocos hay que tener cuidado con que la receta sea equilibrada. Tiramisù soposos, sin sabor, dulzones… mira si tú también estás cometiendo uno de estos errores.
1. USAR QUESO CREMA U OTRO QUESO EN VEZ DEL MASCARPONE.
Necesitamos cremosidad y consistencia. Por eso un queso de untar, el queso fresco o el requesón no son buenos sustitutos. ¿Que el mascarpone tiene mucha grasa? Es verdad, y tiene fácil solución: come un trozo más pequeño. En esta casa somos por la cocina inclusiva -esa que no discrimina a las grasas y las valora en su justa medida.
2. HACER LA CREMA LÍQUIDA O SIN SABOR.
El tiramisù es un dulce consistente, por no decir mazacote. Si quieres algo ligero, busca otra receta. Un tiramisù ligero es una falacia, como un cocido sin grasa o una paella con chorizo. La consistencia y el sabor se lo dan las yemas de huevo -no escatimes- y el mascarpone, con la justa cantidad de azúcar.
3. USAR LAS GALLETAS EQUIVOCADAS.
Los savoiardi italianos son lo mismo que los bizcochos de soletilla españoles -se pueden usar también los blandos, o incluso hacerlos en casa, aunque los secos son los del dulce tradicional. Hay versiones finolis con planchas de bizcocho genoise y mal no están pero lo suyo son las soletillas.
Si usas campurrianas o napolitanas puedes irte de este blog ahora mismo.
4. DOSIFICAR MAL EL CAFÉ.
El café (espresso o de moka) sirve para dar algo de humedad a los bizcochos y aporta una de las notas amargas de este dulce, necesarias para distinguirlo de un postre argentino.
Demasiado café, y el tiramisù queda todo empapuchado y no hay quien se lo coma. Demasiado poco, y se te queda la garganta reseca.
5. NO USAR CACAO AMARGO.
El cacao es la otra nota amarga que, junto con el café, equilibra el dulce de la crema de mascarpone. Si ponemos chocolate rallado o -de todo he oído en estos diez años de talleres- colacao nos quedamos con un ladrillo dulce.
¿Se me ha pasado algo? ¿Qué problemas sueles tener con el tiramisù?
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