Encender el horno a 200ºC.
Poner las pasas a remojo en agua caliente.
Las sardinas tienen que ser limpias (sin escamas, sin vísceras) y abiertas a libro, sin espina. Hay que dejar la cola. Secarlas con papel de cocina.
En una sartén calentar 4 cucharadas de aceite con el pan rallado, haciendo que este se dore a fuego bajo sin que llegue a quemarse (hay que remover constantemente).
Poner el pan rallado en un bol, añadir los piñones, las pasas bien escurridas, las anchoas picadas, el azúcar, sal y pimienta al gusto. Mezclar bien controlando que esté bien de humedad..
Extender la mezcla en las sardinas, de forma que la piel quede al exterior. Enrollarlas sobre si mismas empezando por la cabeza, de forma que la cola quede fuera.
Disponer los rollitos en una fuente engrasada según se van haciendo, teniendo cuidado de que queden bien apretadas.
Entre un rollito y otro disponer una hoja de laurel.
Cuando esté llena la fuente, disponer lo que quede del relleno por encima de las sardinas y rociar con una mezcla de aceite de oliva y zumo de naranja.
Hornear las sardinas unos 15-20 minutos.