Cocer las patatas -enteras, con piel, en agua fría- hasta que estén tiernas.
Mientras preparar los otros ingredientes: picar la cebolla mediana, picar la mortadella, picar el perejil (necesitaremos aproximadamente una cucharada abundante).
Coger las cebollas grandes, pelarlas y ponerlas a hervir en agua salada unos 15 minutos. Tienen que estar aún firmes, no deshacerse.
En una sartén con un poco de aceite de oliva pochar la cebolla picada unos 15 minutos.
Escurrir las cebollas grandes, cortarlas a la mitad en sentido norte/sur y separar las capas. Escoger las 8 más bonitas y enteras y reservarlas.
Picar lo que queda de las cebollas cocidas y añadirlas a la cebolla pochada, dejando que sigan haciéndose cinco minutos, pero atención a no quemarlas!
Escurrir las patatas, pelarlas y aplastarlas con un tenedor mientras aún están calientes. Si tenéis pisapatatas es buen momento para darle salida.
Juntar en un bol las patatas machacadas, las cebollas pochadas, los huevos, el queso rallado, la mortadella y el perejil picado. Mezclar y ajustar de sal y pimienta.
Calentar el horno a 180ºC y preparar la fuente con papel sulfurizado engrasado con aceite.
Rellenar las capas de cebolla y ponerlas en la fuente de horno. Cubrir con abundante pan rallado y acabar con un poco de aceite de oliva.
Hornear hasta que estén doradas, aproximadamente 30 minutos.
Se sirven templadas, del tiempo o incluso frías.