Cuando empecé a preparar mi trabajo de ahora -no lo sabía entonces, pero sé ahora que eso es lo que estaba haciendo- lo hice, como siempre, a través de los libros. Ya conté en algún momento lo importante que fue para mí How to Eat de Nigella Lawson, comprado en el aeropuerto de Heathrow en 2001 a la vuelta de la luna de miel de mi anterior matrimonio.
A partir de ahí descubrí una forma distinta de hablar de comida y de cocina, una forma que aún no era muy común ni en Italia ni en España. Fue así que llegué a The River Café, a través de un libro.

River Café Cook Book Easy fue quizás mi primer libro de cocina italiana no italiano, y me ayudó a ver con otros ojos mi propia cocina. Fue el primero, no el último, porque hay algo que los británicos hacen muy bien: entender algo y contarlo.



En la charla del martes entre David Chipperfield de la Fundacion RIA y Ruthie Rogers de The River Café habría querido hacer esta pregunta -¿Por qué conseguís entender y contar tan bien nuestra propia cultura? Pensando incluso en la propia Fundación RIA, o A Cantina gestionada por Abastos, sí, pero querida y apoyada por Chipperfield, o el Bar do Porto en Corrubedo que ha llevado, para mí, calidad y valor a algo que no deja de ser un bar de puerto de toda la vida.



Hay quien podría ver esto como un acto colonialista, yo prefiero verlo como una oportunidad de querernos mejor. De ver cómo se pueden hacer las cosas bien (ese bar, esa cantina, esa fundación, esos encuentros, esos libros), querer lo nuestro (el que sea: la cocina italiana, el patrimonio gallego) y aprender a darle valor con los hechos y no solo con las palabras.
Deja un comentario