El cultivo del arroz en Italia se disparó a finales del siglo XIX, creando una necesidad de trabajadores estacionales. Nacen así las mondine, las mujeres que entre mayo y julio limpiaban los campos y trasplantaban las plantas ya germinadas.
Era un trabajo mal pagado y físicamente agotador para el que se reclutaban chicas de clase social baja, casi exclusivamente mujeres. En algunos campos las mondinas eran de las zonas rurales alrededores de los campos pero también se contrataban mujeres de Veneto, Emilia-Romagna y Lombardia que viajaban a hacer la temporada a Vercelli, Novara y Pavia.
El trabajo en los arrozales era, como dije, duro. Además del esfuerzo físico, la jornada laboral era agotadora -hablamos de 10-12 horas y en condiciones particularmente insalubres: en el agua, bajo el sol y con los insectos.
Además del sueldo pactado era la norma que la mondina se llevara, al finalizar la temporada, un kilo de arroz por cada día trabajado. Nos podemos imaginar así estas chicas que volvían a casa en verano con un gran saco de arroz (eran 30 o 40 días de trabajo). A veces volvían con otro paquete encima – la vida en las barracas no era necesariamente casta, y muchas eran chicas que por primera vez se alejaban de casa, así que no eran raros los hijos del arroz.
El trabajo de grupo dio muchos otros frutos.
Por un lado, los cantos. En los campos se cantaba, en coro y al estilo de los cantos de trabajo. Los cantos de protestas son los que más asociamos con las mondinas hoy, pero la realidad es que se cantaba de todo: rimas infantiles, canciones que estaban de moda, cantos de nostalgia de la propia tierra y también cantos de protesta.
Las protestas no quedaron en el cante. Las mondinas reivindicaban mejores condiciones de trabajo, jornadas de trabajo más cortas, y en algunas ocasiones consiguieron algo: las de Vercelli por ejemplo consiguieron la jornada de 8 horas en 1906, todo un hito.
«Si ocho horas os parecen pocas, probad vosotros a trabajar y veréis la diferencia entre trabajar y comandar». La canción es datada en 1906, aunque fue retomada en las protestas sindicales de los años ’20, ’50, ’60 y ’70 cambiando el texto (de ahí la referencia en la versión del vídeo a Mao Tse Tung y Stalin).
Las condiciones de las mondinas han sido contadas en Riso Amaro (Arroz amargo), película de 1949 de Giuseppe De Santis, con una magnífica Silvana Mangano.
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