Una receta cero italiana y muy rica, sobre todo mientras puedas seguir encendiendo el horno. En parte una iteración de la Crema de calabaza y naranja ottolenghiana, más simple y completa

Lo primero, asar las verduras. Es lo que hace la diferencia entre una buena crema y una crema fantástica. El gasto no es la locura que seguimos pensando, te permite cocinar mucha cantidad y sobre todo una vez encendido el horno puedes usarlo para más cosas. Sí, quizás haga falta organizarse un poco, pero es siempre más factible que levantarse a las 5 para escribir en el diario —y bastante más provechoso.
Zanahorias y cebollas, lo más económico que vas a encontrar en la frutería. Las zanahorias peladas, porque si le dejas la piel luego se nota al momento de triturar, dejan un color feúcho que no me gusta. Peladas y cortadas a la mitad a lo largo, para que haya bastante superficie expuesta, pero tampoco le tienes que dedicar mucho tiempo. Mismo discurso para la cebolla: pelada y en cuartos o sextos. Al horno casi a tope —diría a unos 200 °C está bien, hasta que estén bien hechas sin quemarse. Si además pones una hoja de papel sulfurizado manchas menos.
Los extras: el bulgur y el yogur.

¿Tiene que ser bulgur? Por supuesto que no, Maripili: puede ser arroz blanco o integral, puede ser pasta pequeña, puede ser espelta o cebada, couscous o el trigo este semicocido que se encuentra aún a veces. Un cereal, cuya función es hacernos felices y llenarnos la barriga. En la tienda a granel donde me aprovisiono de legumbres y cereales tienen este bulgur que es muy resultón, cuece rápido y es más gustoso que el couscous para este tipo de platos.
¿Qué es el bulgur? Tiro de Wikipedia, que solía quedar feo, pero ahora es peor usar la IA. Es, esencialmente, trigo cocido, secado y roto. La textura es ligeramente irregular, y puedes usarlo como un couscous: en guisos, ensaladas o sopas. De hecho la idea de usar bulgur me vino cuando Mikel Iturriaga añadió couscous a una crema. Para añadirlo a la crema lo cuezo aparte y lo añado al final, en el plato.
El yogur en este caso era griego, más denso. Puedes usar un yogur normal (es obvio que es natural sin azúcar, espero), crème fraîche, queso fresco batido, requeixo. La idea es que sea algo con un punto ácido y fresco, que hace contraste con la crema dulzona.
Se acaba con una vuelta de aceite bueno y un poco de pimienta negra (o unas especias que te gusten, algo tipo curry o comino quedará bien, y juraría que cualquier menjunje de estos que venden ya listos) y voilá. Para que sea un plato único completo falta algo de proteína, pero la puedes incorporar en la siguiente comida, o tomarte otro plato al lado.

Ingredientes
- 1 kg zanahorias
- 500 g cebolla
- 120 g bulgur
- 4 cucharadas creme fraiche o yogur griego o requeixo galego
- aceite de oliva virgen extra
- pimienta negra
- 1 litro caldo de verdura o de pollo ligero
Elaboración paso a paso
- Enciende el horno a 200ºC.
- Pela las zanahorias y las cebollas. Corta las zanahorias a la mitad por lo largo y las cebollas en cuartos.
- En un bol mezcla la verdura con un par de cucharadas de aceite de oliva y pimienta negra y después espárcela en una fuente de horno, forrada con una hoja de papel sulfurizado. Más esparcida y separada está la verdura, mejor. Puedes usar directamente la bandeja del horno.
- Asar la verdura hasta que esté hecha y bien dorada, serán necesarios al menos 30 minutos. Puedes hacer esto con tiempo, la noche mientras miras la tele, ya que no necesita ninguna supervisión.
- Pon a hervir un cazo con agua ligeramente salada, y cuece el bulgur (tarda pocos minutos, pruébalo). Escúrrelo y reserva. también este paso puedes hacerlo con tiempo, solo tendrás que calentar el bulgur en el microondas.
- En un cazo grande caliente el caldo, añade la verdura y deja que se cueza unos minutos. Tritura con la batidora de mano, o en la que tengas, hasta conseguir una textura cremosa. Ajusta de sal.A este punto puedes servir la crema, o reservarla en la nevera o el congelador hasta el momento de comer.
- Para servir, distribuye la crema en cada plato, añade un cuarto del bulgur y acaba con una cucharada generosa de yogur griego. Termina con una vuelta de aceite de oliva bueno y un poco de pimienta negra o la especia que te apetezca.
Me gustan los ingredientes y está muy bien explicada.