Para el Día de los Santos Inocentes suelo sacar algo en Instagram. Un año preparé unos deliciosos lacitos de colores con angulas, burrata y balsámico. Otro año comí una pizza con piña. Y este año…
«Finalmente puedo desvelar el proyecto en el que estuve sumada los últimos meses, y que explica muchas cosas… Lanzamos la línea de productos Panepanna: la comida italiana que quieres. Empezamos con la pizza: ya está bien de tanta autenticidad. Ser auténticos ya es de influencers y aquí nos guía la exfluencia. ¿Que a los españoles os encanta la burrata? ¿Y quién soy yo para luchar contra esta evidencia? Os vamos a dar lo que queréis. Pero la burrata va cortada para evitar el efecto grano infectado (y tampoco cabía en el envase de plástico, todo hay que decirlo). Para que no os sentáis estafados, una ralladura de algo oscuro que simula la trufa y un par de pulverizaciones de Trufazo™: esto nos permite daros una pizza que huela a dinero pero sin costar mucho. La pizza aspiracional, en síntesis. ¡Quédate aquí para ver los otros productos de la línea Panepanna!»
Lo mejor, como siempre, los comentarios: puedes leerlos en la entrada original de Instagram. Muchos se rieron del chiste, muchos lo creyeron y se alegraron de mi éxito empresarial y otros supongo que lo creyeron y se fueron decepcionados. Me pasé buena parte de la mañana leyendo comentarios, contestando y pasándomelo genial.
Hasta que llegó este comentario (que ha sido después borrado, pero quedó en público un rato)
Mi primera reacción fue «Anda, qué buena inocentada me está gastando!». Luego fui a mirar si existía Mandorla Mistica SL y empecé a pensar que igual iba en serio… Lo cual no dejaba de ser tragicómico: el que desarrolla estas cosas (llamarlas pizzas es ser muy generoso) para Lidl (sí, de ahí era la pizza, ahora llego a eso) me escribe porque uso la imagen de su pizza con fines comerciales (ajá) haciéndoles creer etc etc. Qué decir: mi inocentada debe haber funcionado muy bien. Por otro lado, quien me escribe no está siendo muy hábil: no ha entendido que es una broma y aunque se lo explique -conversamos brevemente por privado- insiste en que rectifique. Yo le digo que igual no es mejor… pero ¿quiere rectificación? Ahí va la rectificación.
Dejando claro qué pizza es, de qué marca, a qué precio…
«Los que producen esta pizza para Lidl me amenazan con consecuencias legales si no rectifico, porque he usado un producto suyo con mi imagen.
Yo no tengo claro que la rectificación les beneficie, pero allá va.
En las neveras de Lidl podéis encontrar esta pizza «artesana» con burrata y trufa. Era obvio que no podía ser algo mío, porque sabéis mi opinión sobre el trufazo, y sobre la burratitis.
La burrata va cortada, claro, y no sé cuál es su función aparte de dejar la superficie de la pizza un poco más blanca/menos quemada. Hay abundante ralladura de algo oscuro, será una trufa china, acompañada eso sí del característico olor a trufazo.
La compré, eh. Y la horneé está mañana. La masa estaba bizcochosa pero no dura, y lo de arriba… En fin. Queso fundido con sabor a trufa. Mi hijo de 17 años ni quiso tocarla 😂
Dicho lo cual: que cada uno coma lo que le da la gana. La industria vende lo que compráis, así que está claro que esto tiene éxito. Y yo me quedo, tranquila, en la exfluencia.»
¡Va a ser difícil superar este 28 de diciembre!
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