

Gracias a Isa, después de más de cinco años he vuelto a hablar de cocina en vivo y en directo. Lo del domingo 19 en la dicha* no ha sido un taller ni un showcooking ni nada por el estilo. Ha sido una performance hecha a medida para el lugar: un precioso patio del centro de Mérida. Como toda performance, es irrepetible.




Delante de más de 25 amigas he hablado de cocina, de mi forma de verla, de cómo los cabos sueltos se atan y se desatan alrededor del mundo, y de cuánto es importante darle importancia a la tradición para podérsela quitar acto seguido.

Hacer pasta con migas en Extremadura era arriesgado, pero sabía que iba a funcionar. Porque más allá de nuestras costumbres, si somos personas curiosas, sabemos apreciar las cosas ricas y porque las cocinas nunca excluyen, siempre suman, y tenemos suficiente amor para quererlas a todas.
Somos lo que comemos, y el domingo fuimos muy dichosas. Gracias Isa para llevarme una vez más a Extremadura, por hacer esto posible y por tenerlo tan claro. Tu plan quinquenal está funcionando, soy mucho más dichosa -que es la verdadera riqueza, no?

Gracias al entourage panepanner que se vino desde Barcelona y Madrid para disfrutar y acompañar: Almudena, Heidi, Marina, Marta, sois las mejores barbies.

A las Flores que acudieron y por fin pude ver en persona.

A Jorge para estar y ser mi regidor.



Y finalmente gracias a todas las que estuvísteis ahí en esa mañana helada. Algunas de las fotos son de Alba, es posible que se me pase alguna autora más. El patio con limonero es de Ananke Studio, gracias por la hospitalidad!


Ahora que nos hemos ido todes de twitter, levantando nuestros puñitos pensando que así le hacemos mucha pupa, no quiero olvidar todas las personas buenas que han llegado a mi vida gracias a esa red social. Patricia Tablado es sin duda una de ellas, y aquí estamos, quince años después, grabando podcast por España. Pocas cosas se nos dan mejor que reírnos y hacer las tontas. Hace un año que Patricia me propuso grabar Ahítas y qué feliz me hace.

Esta foto es un concentrado de lo que somos Patricia y yo, incluida la improvisación porque ni pensandola se nos podría haber ocurrido.



La performance es irrepetible, pero si estás en Mérida puedes ser feliz visitando la dicha*, en la calle Berzocana, número 2.




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