Parafraseando el comienzo de la Constitución italiana, me gustaría afirmar que Italia es una República democrática fundada sobre la alcachofa.
¿Cuántas veces me habéis escuchado quejarme de la verdura en España? Tranquilos, puedo seguir años y años. Hay excepciones (la huerta valenciana y la navarra, o la profusión de brassicas en los mercados gallegos en invierno) pero hay poco que hacer: cada vez que encuentro a un italiano en esta península, el tercero o cuarto tema de conversación es la verdura. «¿Tú la encuentras?» nos preguntamos desconsolados. O es demasiado grande, o poco fresca, o sencillamente no existe. Todo lo maravilloso que es el mercado del pescado español, es todo lo que le falta -desde nuestro punto de vista- a los puestos de verdura.
Últimamente he empezado a pedir, una vez al mes o así, cajas de verdura a BioTrailla, una empresa navarra que me recomendó una Patreon galomadrileña. Me convencieron sus verduras de ahí, difíciles de encontrar en Santiago: cardos, espárragos blancos frescos y alcachofas. Muchas alcachofas.
Podría alimentarme de alcachofas cada día del año, aunque agradezco que tengan una temporada definida porque así las disfruto el doble. Es verdad que aquí no encuentro alcachofas de tipo distintos (en este artículo de Dissapore llegan a 22 variedades distintas) pero con que estén frescas me contento.
Y como soy italiana, lo primero que pienso cuando me encuentro con un producto rico es: «¿Cómo puedo meterlo en una pasta?».
Ingredientes
- 500 g pasta corta penne, rigatoni, mezze maniche, caserecce, fusilli
- 5 alcachofas
- media cebolla
- 1 diente ajo
- 60 g Parmigiano Reggiano o Grana padano o Pecorino Romano
- unas hojas menta, hierbabuena o néboda
- aceite de oliva virgen extra
- Sal gorda
- pimienta negra
- (opcional) vino de Jerez seco manzanilla, fino, amontillado
Elaboración paso a paso
- Poner a hervir una olla con abundante agua, para la pasta.
- Limpiar las alcachofas: eliminar a mano las hojas externas más duras (serán muchas), cortar la punta (casi 1/3), cortar el extremo del tallo, pelar el tallo y la base de la alcachofa.Cortar en cuartos y eliminar los pelos internos si hay. Sumergir en un bol con agua y medio limón, o ramas de perejil, para que no ennegrezcan.
- Picar la cebolla y pelar el ajo. En una sartén amplia poner unas cucharadas de aceite de oliva, añadir la cebolla picada y el ajo y dejar sofreír a fuego suave.
- Mientras se hace el sofrito, cortar las alcachofas en láminas, tallos incluidos.Añadir a la sartén, añadir sal y pimienta, mezclar y tapar. (Si se usa el vino de Jerez, añadirlo dejar esfumar unos segundos antes de tapar).Dejar cocinar a fuego suave unos 15 minutos.
- Mientras, poner a cocer la pasta -teniendo cuidado con los tiempos: la salsa (en este caso las alcachofas) debe quedar hecha antes de que esté lista la pasta.
- Cuando las alcachofas estén hechas, añadir la menta picada.
- Escurrir la pasta al dente, reservando una taza del agua de cocción.Añadir la pasta a la sartén con las alcachofas, añadir un par de cucharadas del agua de cocción reservada y mantecar a fuego fuerte mezclando un par de minutos.
- Cuando esté lista (agua absorbida) apagar el fuego, añadir el queso rallado y, si gusta, más pimienta negra.
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