Un plato de pasta sabroso, vegano y que se hace en el tiempo que hierve el agua.

La combinación pasta + legumbres + verdura es nuestra amiga. Puede ser un potaje como la pasta e fagioli (ahora que busco veo que no he publicado nunca una una receta de la canónica de invierno), o la pasta e ceci, que no lleva verdura pero se arregla fácilmente con una ensalada después.

En este caso las legumbres son garbanzos, triturados. No lo llames hummus, porque no llevan ningún aliño (ni ajo, ni tahina, ni limón): una crema de garbanzos. Si vas con prisa, serán perfectos unos garbanzos de bote, cuyo único verdadero defecto es el precio que tienen pero son un magnñifico salvavidas que debería estar en todas las alhacenas.
¿El tipo de pasta? Larga queda mejor con este tipo de salsas, cremosas, pero usa lo que más te plazca siempre que sea una pasta de calidad. Por si hace falta recordarlo: la pasta seca no es un sucedáneo de la fresca, es más ligera y si es al dente es más digerible.
Las alcachofas van sencillamente salteadas/estofadas. Garbanzo y alcachofa quedan bien juntos, pero podrías usar otras verduras: brécol, repollo, hojas verdes (grelos, espinacas, cavolo nero, crisantemo si eres cliente de alguna tienda de productos chinos). Unas berenjenas no quedarían mal tampoco. Puede ser una verdura que te haya quedado de otra comida, incluso, vuelta a saltear con un poco de ajo.
El miso no es indispensable, pero si lo tienes en casa (y es una buena idea tenerlo, porque se puede usar en casi cualquier plato) úsalo. El miso añade una ligera capa extra de sabor, un poco dulce, un poco salado. En este caso hace de puente entre el amargor dulce de la alcachofa y la base de los garbanzos.
El pimentón en escamas que usé es el de Sifón de las Monjas que me regaló Isa de la dicha*. Si no lo tienes, yo usaría unos copos de guindilla/cayena. No usaría pimentón en polvo ni guindilla en polvo, o al menos no daría la sensación que los copos dan. No es importante, si no tienes ninguna de las dos cosas.
La pimienta negra sí es fundamental, y más aún que sea recién molida, es decir: usa un molinillo. O un mortero. La pimienta negra que se compra ya molida está a la recién molida como el Sunny a un zumo de naranja. A falta de algo mejor, el molinillo que venden en el supermercado será aceptable. Si no tienes un molinillo que muela bien, una opción es machacar la pimienta en un mortero. Así me gusta más aún que el molinillo, pero me da un poco de pereza.

material
- batidora o minipimer
Ingredientes
- 250 gramos pasta
- 2 alcachofas
- 300 gramos garbanzos cocidos
- 2 dientes ajo
- 4 cucharadas aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharadita miso blanco
- pimentón en escamas o copos de guindilla
- sal
- pimienta negra
Elaboración paso a paso
- Pon a hervir el agua para la pasta.
- Limpia las alcachofas: pela el tallo, elimina las hojas externas más duras, corta las puntas, corta la alcachofa a la mitad y elimina los pelos internos. Corta las alcachofas en láminas finas, tallo incluido.
- En una sartén donde luego quepa la pasta, calienta el aceite de oliva, sofríe los dientes de ajo y añade la alcachofa. Mezcla, tapa la sartén y deja estofar unos minutos.
- Tritura los garbanzos con 150 gramos de agua. Aparta una cucharada y mézclala con el miso.
- Cuando las alcachofas estén listas, resérvalas en un plato. En esa misma sartén echa la crema de garbanzos y caliéntala.
- Escurre la pasta, añádela a la sartén con la crema de garbanzos, saltea todo hasta que esté bien incorporado. Apaga el fuego, añade los garbanzos con miso que reservaste, las alcachofas salteadas y mezcla otra vez. Acaba con unos copos de pimentón (o de guindilla). y pimeinta negra recién molida.
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