Hablar de Italia sin nombrar sus helados es imposible. Ir a Roma sin tomar helado creo que cuenta como pecado mortal. He preparado un pequeño mapa con las heladerías que mejor reputación tienen, centrándome en las zonas donde es más probable que vayas a estar. Sin embargo las heladerías más premiadas -por ejemplo las que consiguen los prestigiosos Tre Coni de la guía Gelaterie d’Italia 2021 del Gambero Rosso- están ligeramente fuera del circuito turístico, así que he decidido incluirlas.
Fata Morgana
Con siete locales en Roma y provincia -abajo indico sólo los cuatro más céntricos pero en su web encontráis todos- la empresa de Maria Agnese Spagnuolo fue la pionera del producto natural. Últimamente ha centralizado toda la producción pero parece que consigue mantener un alto nivel de calidad. Deliciosos los sorbetes -como por ejemplo el de melocotón con vino, un postre clásico del verano italiano- sus sabores cambian constantemente.
Qué pediría yo: la stracciatella picante con albahaca me esta haciendo ojitos.
Fatamorgana – Via dei Chiavari, 37A / Via Laurina, 10 / Piazza degli Zingari, 5 / Via Roma Libera, 11
Fiordiluna
En el corazón de Trastevere esta heladería además de artesanal y natural se centra en conseguir ingredientes de pequeños productores de cadena de producción corta. Reducen los ingredientes al mínimo para conseguir un helado lo más natural posible, y siempre que pueden rebajan el azúcar para que sea más saludable.
Qué pediría yo: Pistacchio!
Fiordiluna – Via della Lungaretta, 96
Gelateria dei Gracchi
Alberto Manasei es el gelatiere detrás de esta heladería, que cuenta con cuatro locales en Roma. Los helados se producen todos los días -esa es una de las características de un buen helado artesanal-, con leche de alta calidad (un estándard de calidad italiano que distingue a la leche italiana pasteurizada con mejores características organolépticas), fruta de temporada. Hay granizados y alternativas para los intolerantes a la lactosa.
Qué pediría yo: Zabaione y Meringa al pistacchio.
Gelateria dei Gracchi – Via dei Gracchi 272 / Via di Ripetta 261 / Viale Regina Margherita 212 / Viale delle Province 30
Gelateria del Teatro
Stefano Marcotulli lleva desde 2006 esta heladería en el centro más centro de Roma, en una esquina con via dei Coronari (pero hay otra en el Lungotevere justo al otro lado de Trastevere)Las cremas tienen grande fama, como el zabaione hecho Zibibbo de Pantelleria, pero los sorbetes de fruta tampoco desmerecen.
Qué pediría yo: Vecchia Roma, un homenaje al ghetto judío, a base de ricotta, cerezas ácidas y crumble.
Gelateria del Teatro – Via dei Coronari 65/66 / Lungotevere dei Vallati, 25
Gunther gelato italiano
Günther Rohregger, made in Alto Adige (el norte de Italia es cuna de grandes heladeros) ha abierto varios locales en Roma. Usa agua de manantial de su región y otros ingredientes de gran calidad para elaborar helados clásicos y originales.
Qué pediria yo: el sorbete de higos del Lazio
Gunther gelato italiano – Piazza di S. Eustachio, 47 / Via dei Pettinari, 43 / Via dei Due Macelli, 108
Il gelato di San Crispino
San Crispino fue de los primerísimos en elaborar helados sin conservantes, ni colorantes ni semielaborados. Pocos sabores pero buenos. Los clásicos son la Meringa alla nocciola (Merengue de avellana), el Chocolate y el Zabaione con Marsala De Bartoli. La heladería original es la que está en zona Fontana di Trevi (via Panetteria) pero tiene una sucursal en franquicia también en zona Prati.
Qué pediría yo: para no repetir Zabaione, probaría el helado de Miele di Corbezzolo della Sardegna -la miel de madroño es rara, se produce casi toda en Cerdeña y tiene un característico gusto amargo.
Il gelato di San Crispino – Via della Panetteria, 42 / Via Giuseppe Gioachino Belli, 43 /45
🍧🍧🍧 La Gourmandise
Desde 2018 recibe los Tre Coni de la guía Gelaterie d’Italia 2021 del Gambero Rosso. Dario Benelli es un loco -de esos locos que nos encantan. Usa leche de cabra maltesa (producida a menos de 60 kilómetros de Roma) para que el helado sea más digerible y se asegura de que el nivel de gluten esté siempre por debajo de los 2 puntos sobre 1 millón para que los helados sean aptos para celíacos. Gracias a su pasado de pastelero hace mucho uso de especias y los maridajes son sorprendentes.
Qué pediría yo: Crema de tomillo y limón o Limón al cilantro.
La Gourmandise – Via Felice Cavallotti, 36b
🍧🍧🍧 Otaleg
Marco Radicioni es el gurú del helado experimental. Los gustos duran hasta que se acaban, y quién sabe qué habrá al día siguiente. He oído hablar de su Gorgonzola con chocolate rubio y avellanas, Mayonesa aromatizada al romero, Pepino salado con aceite y pimienta… pero hay sabores más reconocibles, empezando por las frutas sin agua ni leche añadida, el pistacho, la ricotta del domingo o variaciones de chocolate.
Qué pediría yo: la heladería entera.
Otaleg! – Via di S. Cosimato, 14a
🍧🍧🍧 Stefano Ferrara Gelato Lab (ex Il Pinguino)
Stefano Ferrara domina los helados clásicos pero también sigue investigando para conseguir helados aptos para veganos o diabéticos. Esta heladería de barrio (está en el Gianicolo) es conocida como Il Pinguino aunque cambió de nombre hace unos años.
Qué pediría yo: de apasionada del Zabaione necesito probar este último invento, el zabaione con yema y clara en doble emulsión! Pero me tienta también el Fior di sale.
Stefano Ferrara Gelato Lab – via Silvestri 224
🍧🍧🍧Torcè
Claudio Torcè es conocido sobre todo por su helado gastronómico, gustos salados como la crema de pimientos y albahaca. Pero sus helados tradicionales son exquisitos, empezando por los distintos tipos de zabaione y chocolate. También Caramelo de almendras tostadas o Remolacha y lima.
Qué pediría yo: venga, dejadme pedir otro Zabaione.
Torcè – Viale Aventino, 59 / viale dell’Aeronautica 105 / viale Marconi 445 / Piazza Euclide, 25
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