Salsa de tomate a prueba de idiotas.
Coge una sartén amplia (que tenga tapa), échale un par de cucharadas de aceite de oliva. Cubre el fondo con tomates cherry. Tapa. El fuego estaba ya encendido, ¿no? Es que hay que decirte todo. Pues a fuego medio fuerte, deja que ahí dentro estalle el infierno.
Ahora puedes bajar un poco el fuego, pero no es cosa de que vaya al mínimo tampoco. Queremos que los tomates estallen, literalmente. Puedes mirar de vez en cuando. Puedes aplastarlos un poco -si se dejan, si no déjalos estar, y tapa esa sartén. Los tomates reventarán, el jugo saldrá, y se irá formando una salsa deliciosa.
Al final añade si quieres unas hojas de algo, un ajo picado, más aceite de oliva. Esto cherry eran engañosos, parecían muy maduros, pero dieron una salsa de color un poco rosado. Espero que tengas más suerte.
(¿Cómo que qué vas a hacer con la salsa? Pues lo que quieras. Aliñas unos spaghetti, la usas con arroz blanco y huevo frito, en una tostada, ¿es que tengo que decirlo yo todo?)
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