Preparar un sugo de tomate sencillo: en una sartén amplia donde quepa luego la pasta dorar el ajo en el aceite.
Añadir los tomates, y dejar cocer a fuego medio/medio-alto hasta que se haya consumido el líquido. Si se usan tomates pelados en conserva ir aplastando los tomates con un tenedor para que quede la salsa finita.
Cuando la salsa esté hecha, añadir los mejillones y cubrir, para que se abran con el calor.
Cuando estén abiertos, apagar el fuego. A este punto se pueden quitar las conchas. En alternativa se pueden hacer los mejillones aparte: en una olla tapada se abren, se cuela el líquido que se añadirá a la salsa de tomate y se sacan los moluscos de las conchas. Se reservan y se añaden a la salsa de tomate al final, justo antes de mezclar con la pasta.
Cocer la pasta en abundante agua hirviendo con sal (10 g de sal por cada litro de agua). Escurrir al dente (respetando las indicaciones del paquete, o mejor aún un minuto antes), añadir a la salsa con los mejillones y mezclar bien sobre fuego vivo un minuto o dos.
Espolvorear con perejil picado, añadir pimienta negra recién molida, y servir enseguida.